COMENTARIO HISTÓRICO.- David comienza el salmo 68 con las mismas palabras que Moisés decía cuando el arca se movía (Núm 10:35). Es un salmo fervoroso de victoria que está compuesto de varios cánticos, himnos y oraciones antiguas. Las diferencias de estilo y formas de verbos junto con los variados elementos cúlticos, históricos y proféticos han confundido a los estudiosos. Albright y T. H. Robinson piensan que este salmo es una colección de las primeras estrofas de varios himnos famosos. La introducción y conclusión son entusiastas alabanzas y en medio se celebran las marchas victoriosas de Dios en el éxodo, en el desierto, en Canaán y constantemente en su pueblo que marcha en alabanza.
BENDITO SEAS DIOS.- La palabra bendecir, tiene el significado primario de “arrodillarse” ante Dios, como un acto solemne de adoración. El salmista apela a adorar a Dios como expresión de gratitud por las abundantes victorias que nos otorga a diario.
NUESTRO SALVADOR.- La Reina Valera traduce como: “El Dios de nuestra salvación”, esta frase se constituye en un nuevo título que se le asigna a Dios. Es nuestro salvador porque nos libera del pecado, el que continúa salvando a sus hijos, y que glorificará a su pueblo en el futuro, otorgándole eterna salvación.
SOBRELLEVAS NUESTRAS CARGAS.- La connotación de esta frase es sublime, porque es el acto que realiza el pastor al cargar a las ovejas. Apreciado amigo y amiga: no importa si nuestra carga es pesada, sucia o pecaminosa. Dios se identifica con nuestra cargas y sufrimientos, por eso nos invita: “Venid a mi todos los estáis trabajados y cargados que yo os haré descansar” (Mat 11:28).
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